Según la wikipedia: Se denomina bien comunal o procomún (de pro, provecho, y común) a un determinado ordenamiento institucional en el cual la propiedad está atribuida a un conjunto de personas en razón del lugar donde habitan y que tienen un régimen especial de enajenación y explotación. De esa forma, ninguna persona individual tiene un control exclusivo sobre el uso y la disposición de un recurso particular bajo el régimen de procomún.
Aquí se aprovecha el concepto como un planteamiento dirigido a los saberes, a las prácticas comunes desde experiencias diferentes, a la consecución de un logro compartido desde el intercambio metodológico, donde lo principal es el fin y construcción del común o comunes. Y entender que ese monte comunal, que habrá que mantener entre la comunidad, y que ya había sido sembrado, genera un beneficio que va más allá de quienes lo producen y de lo producido.
Sin embargo, en muchas ocasiones nos encontramos con formas externas de acciones egoistas, con planes ocultos individuales en proyectos colectivos, con preconcepciones no dialogadas ni puestas encima de la mesa lo que nos lleva a manejarnos en procesos no reales de construcción en común. Procesos que cada cual se los intenta llevar a su terreno (espacio donde se siente a gusto y con poder), imposibilitando el verdadero potencial de una construcción colectiva donde se trabaje en lógica suma-suma y gana-gana, para generar y superar focos de tensión y disputa. Aprovechando estos de manera creativa para vislumbrar salidas óptimas y con posibilidad de compartirlas.
Cabe no olvidar que para que se dé esa situación utópica, los poderes deben estar en planos similares de construcción y de respeto. Dónde cada cual nos situemos en una relación abierta a nuestros saberes, a ponerlos en riesgo y a construir desde nuestras dudas y miedos. Generando una horizontalidad desde la falta de seguridad que nos posibilita ese acercamiento creativo a la búsqueda de saberes y soluciones.
Esta dinámica se plantea como un juego doble.
– Entender el camino para llegar al conocimiento común y colaborativo. La lucha con nuestros egos, en unos pasos donde tenemos que salir de lo individual, para pensar en lo colectivo. Un cambio de focalización mucho más fácil si, exponemos que nuestra acción busca un logro fuera de nosotros y que tiene que ser ese objeto de acción, quien sea beneficiado.
– Entender que en ese camino, generamos un trabajo empático, que favorece cualquier proceso común que se vaya a caminar. Donde la misma práctica vivencial sostiene un escenario futuro basado en un proceso tejido en la confianza en el presente. Esta confianza se basa en haber sacado y dialogado los temas candentes, desde propuestas de mejoras, pero habiéndolos puesto encima de la mesa y asumiéndolos desde las partes como un común en cuya solución se genera una dialéctica que nos abren nuevos caminos.

¿CÓMO JUGAR?
RELLENAR EL MONTE COMÚN
Cada cual, desde los conocimientos y saberes individuales de cada personas. (se recomienda construir el monte y pegarlos)
AGRUPACIÓN POR IGUALES:
Se dividen tantos grupos como saberes grupales haya. Según ámbitos, experiencias y se agrupen. Cada casa tendrá un color y un slogan.
CÓMO NOS VEMOS, CÓMO NOS VEN
1º Pintar la casa de manera grupal. Darle sentido a lo que se ha pintado.
2º Rellenar según leyenda cada cual su parte, sólo la casa, la nube y la flecha verde.
3º Rotar por las casas que no son propias y complementar la visiones
UN CAMINO LLENO DE DIFICULTADES
1º Construye el camino desde tu casa al monte común, debatiendo en tu grupo, los pasos que hay que dar a nivel emotivo. Se plantearán 3 pasos que nos hacen salir de nuestro grupo cerrado a colectivo. Cada paso tendrá una dificultad a trabajar propia del grupo y una ganancia.
2º Se hará el mismo proceso, pero ahora desde lo que se puede aportar desde cada grupo a nivel de saber y experiencia, con respecto al proyecto común.
3º Se pasará por los caminos de los otros grupos y se pondrán cruces en las flechas propias y ajenas (en plan juego). Cada cruz es algo en lo que no se está de acuerdo o que no se entiende
PUENTES CONVINCENTES:
Cada grupo tendrá que juntarse a construir puentes que nos permitan saltar las cruces que nos han puesto. Estos puentes deberán ser explicaciones entendibles.
El resto de equipos votarán las explicaciones del 1 al 10. Exponiendo los puntos positivos y los negativos. Si no se llega al 5 (de media), el grupo tiene que repensar de nuevo a partir de lo que han escuchado de los grupos y volver a reconstruir el puente.
El juego se termina cuando todo el mundo haya llegado.
- REGLAS DE JUEGO:
– No vale rebajar el nivel crítico para que un grupo llegue antes.
– Se tiene que utilizar en todo momento un buen tono (se recomienda jocoso).
– Las críticas han se ser constructivas y sumativas.
– Si algún grupo utiliza malos tonos, asume mal las críticas, se para el juego.
- LEYENDA
– CASA: Ámbito del que venimos.
– NUBE: Cómo entiende cada grupo la participación, saber o el proyecto común.
– CAMINO AMARILLO: ¿cuál es el camino desde su ámbito particular para generar conocimiento/acción común y compartido?
– CRUCES: Dificultades, impedimentos
– PUENTES: Cómo solventamos esas dificultades